abril 19, 2011

Por fin!


Después de una larga espera ahí estaba delante de mí, quería saltarle al cuello… salimos de donde estábamos en busca de un lugar donde permanecer alejados de todo y de todos, el tiempo corría rápido, de camino los besos no pudieron esperar, roces, caricias descaradas por su entrepierna, debo confesar que no era precisamente lo que había imaginado para esta vez, después de tanta espera deseaba un poco más de tiempo para estar con él, pero últimamente las circunstancias no están a nuestro favor, su barba raspando mi mejilla solo incrementaban mis ganas de comérmelo ahí mismo, sus manos traviesas recorrieron mi espalda, apretaron mis pechos hambrientos de él, mi lengua se enredaba en la suya mordía sus labios como un hambriento en el desierto, apenas entramos a la habitación las ropas volaron, ansiosos, desesperados por sentirnos, me apretó contra su cuerpo, estrujo mis senos, mordía mi hombro, una descarga eléctrica recorría mi cuerpo agitando mi respiración, estaba completamente mojada, su lengua se mezclo con mi humedad y un gemido delató la deliciosa sensación que me estaba provocando, sus dedos cómplices escribieron caricias desenfrenadas por mis lugares más secretos, su mirada viciosa no perdía detalle de mis gestos, sé que lo disfruta.

Mi lengua lo buscaba ávida, sus manos revolotearon mi cabello… Devorándonos a un mismo tiempo, mis gemidos se ahogaban con su carne sus gemidos se ahogaban en mis jugos, savia, sudor, saliva, su esencia mezclada con la mía, el tacto de su piel, el aroma de su cuerpo, su voz susurrándome lo que extrañaba eso, fundiéndonos en un abrazo, sentí el peso de su cuerpo sobre mi espalda, su aliento en mi nuca, mi piel se erizaba, jadeaba, apretaba las sábanas, me giró y podía ver como su cara se transformaba en la tenue luz de la habitación, sentí como se perdió en mis entrañas, su sonrisa maliciosa al escuchar un grito salido de lo más profundo de mi ser, el aire me faltaba, mis piernas lo aprisionaban, desenfrenadas embestidas de su sexo contra el mío, las contracciones de mi vientre sostenidas en un orgasmo que parecía no tener fin, un grito de él llenando la obscuridad y cayó devastado con el corazón pareciendo que se iba a salir… perdimos noción de cielo, tiempo, tierra. Mis besos recorrían su pecho en tanto recobraba el aliento, apartó el cabello de mi cara y besó mi frente, buscó mis labios dejándome un dulce beso apretándome contra su cuerpo, un latigazo recorrió mi espalda y las contracciones de mi vientre apenas empezaban a desvanecerse… cada segundo valió la pena.

3 comentarios:

  1. sin dudas que valió la pena, se te escucha gloriosa en el recuerdo aun en espasmos, besos

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  2. "Después de una larga espera ahí estaba delante de mí, quería saltarle al cuello… salimos de donde estábamos en busca de un lugar donde permanecer alejados de todo y de todos"

    y me detengo aca, y suspiro.
    sonrio en silencio y cierro los ojos

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  3. Tomás, cada segundo, cada beso, cada caricia.

    Menage, evocando...

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Anda déjame un suspiro...