enero 27, 2013

Sorpresas, espasmos y jadeos.

- 9:00 p.m.,  pasas por mi o lo dejamos para otro momento?
- Paso por ti
Sin dudar un instante respondí, fue uno de esos mensajes que dividen el día en un antes y un después, me despedí de los asistentes a la reunión en la que me encontraba y salí a su encuentro, subió a mi automóvil y me saludó con un beso, no atiné a decir mucho en el camino, los pensamientos se me nublan, entró a la habitación sin mí, entré detrás de él, me tomó por la cintura y besó mi cuello, mi mano le acariciaba la mejilla buscando el roce de su barba, dio dos pasos hacia atrás y lascivamente me recorrió con la mirada, se sentó en un sillón y me monté sobre él rodeando su cuello con mis manos en un beso desenfrenado, la ropa estorba, no tarda mucho en estar esparcida por el suelo, la cama nos espera, entre besos y caricias me coloca sobre él, nuestras lenguas se comunican bien, busco su mirada, besa mis senos como si la vida dependiera de ello, me muevo despacio rozando mi piel con la suya, recorre lentamente mi espina dorsal mi piel se eriza, amo cuando hace eso, voy bajando lentamente por su pecho lo mordisqueo un poco lo lamo mis manos rondan por sus muslos, apenas lo toco con mi lengua empuja mi cabeza quiere estar entre mis labios, me gusta, mi lengua lo saborea entra y sale de mi boca en movimientos rápidos, se arquea, gime… le doy la espalda y lo cabalgo, despacio primero, siento una nalgada para que apure el ritmo, me aprieta, lo aprieto, me llena, lo mojo con mi esencia que se escurre un espasmo tras otro, mis piernas tiemblan, se tensa, su respiración se agita, me nalguea, gime, baña mi espalda… caigo rendida con los labios mojados y la boca seca, él apenas puede mantener los ojos abiertos, lo tomo de la mano y me acaricia, beso su hombro y me acomodo sobre él.
El tiempo no se detiene y el reloj marca la hora de volver a la realidad, mientras me visto me observa desde el sillón recorriéndome con esa lasciva mirada, se dibuja la lujuria  en su sonrisa y asiente con la cabeza en señal de aprobación.
Me gusta cuando piensa en mí y aparece cuando menos lo espero, haciendo que mis latidos se aceleren, me gusta esa forma que tiene de mirarme que provoca mi risa nerviosa, que me dé un abrazo apretado antes de salir del cuarto, me gusta que cuando vamos camino de regreso tome mi mano, notarlo relajado, esa sonrisa que me da la calma y que después del beso de despedida parado en la puerta del auto me envíe un beso… me gusta él, con todo lo que implica, con sus riesgos y sus consecuencias.


enero 23, 2013

Encuentros Fortuitos

Y sus ganas se me escurren por la espalda...



enero 20, 2013

Cuatro!!!

Cuatro años de encuentros furtivos y orgasmos cómplices, que se esconden en las paredes de esta casa. Sin duda años de cambios, lo que permanece constante es el deseo, que pesar de las vicisitudes y el tiempo sigue escribiendo nuevas historias sobre la piel.