Encuentros y Desencuentros

Y ahí estaba con la rabia de un encuentro mas frustrado, con mil conjeturas dando vueltas en mi cabeza y la decepción de que de nueva cuenta las cosas no habían salido como quisiera, ocultándome del mundo, intentando desahogarme en un pedazo de papel y pensando en mi cambio de actitud hacia él, de pronto su nombre apareció en el monitor y escuché su voz, lo cual me sorprendió no era hora de que estuviera ahí, me negué a hablarle aun pensando en su desinterés, pasaron 5 minutos de ansiedad y no llamaba, desapareció y el sentimiento fue peor… pero de nuevo apareció y la ventana se abrió con una explicación, mis conjeturas desaparecieron en un segundo junto con todo mi desazón, sus letras devolviendo la ilusión de este juego de pasión.
Transcurrieron los primeros minutos como preámbulo al coqueteo que sin testigos se hace tan evidente, nos encontrábamos los dos deseando que la situación fuera diferente y aunque fuera detrás de un monitor ahí estábamos los dos frente a frente sin saber que hacer con estas ganas que nos tenemos, ahí estaba él, recién duchado con su cabello aun mojado ahora un poco más largo, esa mirada penetrante que es capaz de dominarme, la sonrisa tranquila con un dejo de diablura, barba cerrada que me recorre en la dulce agonía y una playera que me moría por ver volar. De este lado yo con la mirada fija en él, mi baby doll de encaje y transparencia negro, amarrado a los hombros con dos lazos, mi cabello largo obscuro recogido con un pasador que no tardó mucho en caer, tal como le gusta a él… las palabras fueron subiendo de tono al mismo tiempo que la temperatura de nuestros cuerpos, pude ver a través de su ropa la excitación crecer entonces las prendas empezaron a caer, las caricias no tardaron en aparecer, intercambio de sensaciones y deseos, sonrisas cómplices, música tranquila de fondo, mis manos torneando mis senos sintiendo la dureza que me provoca su presencia, sus ojos atentos al vaivén, sus manos acariciando su sexo a tiempo que mis piernas se abrían exponiéndome para su deleite, mis manos acariciándome para él, ansiando el intercambio de caricias y comernos mutuamente cada parte de nuestro ser, así transcurrieron los minutos entre gemidos contenidos, arqueos involuntarios y el rostro del placer, gozando del deseo que nos hace su presa cada vez.