Agradables Sorpresas

Al despertar no imaginé que precisamente ese sería un día lleno de sorpresas, primero un amigo que tenía años sin ver llegó de pronto a saludar, el día transcurrió sin otra novedad salí 10 minutos antes de lo acostumbrado, pasaron por mi y me dirigía a casa de pronto un mensaje a mi celular llegó, cual fue mi sorpresa al ver que era suyo, pero mas sorprendente aun fue su contenido… “¿Estas sola?, Acá estoy afuera en la calle del al lado” Demonios! Nunca salgo temprano y ahora que se me ocurrió irme estaba ahí, rápidamente respondí para ver si podíamos vernos en otro lugar, “Ok, Dime donde” fue su contestación. Lo esperé en un café que estaba de paso, entré directo al baño a arreglarme un poco me puse el labial que le gusta y un poco de perfume, al verlo llegar salí y me subí a su carro, el primer beso antes de decir siquiera una palabra y como de costumbre su expresión al separarnos “mmm sabes rico!” me encanta escuchar esas palabras y ver la sonrisa traviesa que se dibuja en su cara, bromeamos un poco pero demasiada gente pasaba por ahí, queríamos… necesitábamos un poco de soledad, salimos de ahí y buscamos un lugar donde aparcarnos como de costumbre también, el tiempo era contado y los minutos transcurrían rápido, un solitario estacionamiento fue el escenario de este encuentro furtivo. Al detenernos se acercó a mi y pasó su brazo por mi cuello, suavemente empezó a besarme primero un beso en la mejilla trazando el camino con sus labios hasta llegar a los míos su otra mano desabotonaba mi pantalón con tremenda habilidad (Dios! solo dos dedos menos de dos segundos ni yo que lo hago diario me desvisto semejante rapidez), sus dedos se colaban por debajo de mi tanga encontrando sin dificultad el punto exacto para hacerme jadear, sus dedos se movían con lentitud de arriba abajo recorriendo mi intimidad presionando levemente después de forma circular, alternaba movimientos sin parar, incrementando su intensidad, su mirada estaba atenta a mi rostro no perdía ningún detalle de mis expresiones eso lo que recuerdo hasta que cerré los ojos y con respiración entrecortada mi mano se aferraba a la puerta y mis gemidos le gritaban al oído que había provocado un estallido… mi cabeza cayó sin fuerza sobre su hombro me apretó fuerte contra él dándome un beso en la frente con una sonrisa de satisfacción pintada en su cara, en ese silencio permanecimos unos instantes… empecé a besar sus labios, dando ligeros mordiscos, acariciaba su rostro, lo tocaba todo despacio, desabroche su pantalón y su sexo erecto se dejó ver, lo acaricié suavemente como sé que le gusta a él, subí su playera y fui bajando despacio por su torso entre mimos y besos su piel se erizaba, lo toqué despacio con la punta de mi lengua mientras mis uñas le hacían cosquillas poco a poco fui metiéndolo todo, lo envolví con mi lengua, lo saboree a conciencia disfrutando cada instante, cada parte… su mano apretó fuerte la mía mientras la otra se paseaba por mi espalda, podía sentir sus reacciones en mi lengua, me hubiese gustado ver su rostro en ese momento pero me fue imposible, aun así puedo adivinarlo, ese gesto de placer ya lo he visto antes, por unos instantes nada importaba… nada mas existía, solo él y yo en la obscuridad de la noche, seguí deleitándome, besando despacio, mordiéndolo suave, hasta que su cadera se arqueó, su corazón se detuvo y un gemido rompió el silencio… sentí su calor inundando mi boca me lo bebí despacio limpiando con mi lengua hasta la última gota, lo envolví de nuevo en ella por unos segundos, me tomó de la cintura y me acurruqué en sus brazos mientras olía su cuello… permanecimos así por un instante pero el tiempo era un verdugo implacable de nuestro encuentro.