julio 19, 2013

Principios...


Recuerdo la primera imagen que tuve de él, la primer sacudida que decidí ignorar... Después tengo presente el momento en que le vi de frente, serian las seis de una tarde a fines de Mayo, lo vi saliendo de su oficina,  se colocó a mi costado y recuerdo extendió educadamente su mano para presentarse, sentí una descarga recorriendo mi cuerpo pero por segunda vez decidí ignorarlo. De pronto me encontré conversando con él más a menudo me resistí a aceptarlo, pero fue ganando terreno con su hábil presencia y su innegable inteligencia. Finalmente una noche de sábado de Diciembre acepte un café, el más inolvidable tal vez, recuerdo cada detalle de ese primer encuentro, su llamada tratando de ubicar mi dirección, él parado frente a mi puerta, mis nervios y mi no saber que decir tratando de mostrar seguridad,  de camino llegamos por dos cappuccinos, sin canela para él, entramos en una habitación a medio iluminar no recuerdo la música que sonaba solo el timbre de su voz, me senté en el sofá poniendo mi bolso como barrera -que ilusa- de pronto me vi envuelta en la amena conversación, relajada, segura, deseando haber colocado el bolso en otro sitio creyendo que lo mantendría alejado, sin darme cuenta cómo, acercó su boca a la mía "entonces qué?" Preguntó, creo que intenté echarme un poco hacia atrás, o permanecí inmóvil no lo sé, me plantó un beso sin darme tiempo de pensar –ahí supe que estaba perdida- por instinto mis manos rodearon su cuello, su lengua se paseo por el mío bajando mi blusa con ayuda de sus dedos, mis ojos se cerraron y mis sentidos se alertaron, se acomodó entre mis piernas, subió mi pie sacando mi zapatilla recorriéndolo con su lengua, en un momento mi pantalón había caído al piso y su lengua empezaba a escribirme la historia con singular maestría, en ese instante supe que podría morir en su barba y me olvidé del mundo, cuando recobré el aliento me acomodé a su lado empecé a besarlo a acariciarlo lo tome entre mis manos y sentí su respiración entrecortada, su espasmo y su calor bañando mis dedos... parada frente a él me coloqué la ropa interior sin que despegara sus ojos de mí, me metí el pantalón mientras su mirada lasciva se deleitaba con el vaivén de mis senos observándolos embelesado, siguieron más besos, se arrodilló entre mis piernas recitando una estrofa de la canción que hoy suena si alguna vez me llama "Estoy buscando una escafandra al pie del mar de los delirios, quien fuera Jackes Cousteau, quien fuera Nemo el capitán, quien fuera el batiscafo de tu abismo, quien fuera explorador"… y esa noche supe que iba querer más, y cuando lo tengo entre esas cuatro paredes, cuando lo observo, cuando pone su mirada sobre mí, puedo alegar locura temporal.





2 comentarios:

  1. "Quien fuera un poderoso sortilegio,
    Quien fuera encantador."

    Dulce beso.

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  2. Bufff. Los mejores recuerdos son los primeros. Bueno.. y algunos de enmedio. claro que...

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