diciembre 28, 2010

Encontrando refugio


Esa tarde no quería permanecer en aquel café, tal vez en otro momento hubiera sido parte de la “cita” perfecta, pero no en esta ocasión, no había tenido un solo segundo para estar a solas, no quería gente, no requería más miradas, solo necesitaba que él me abrazara y en ese sitio no habría podido hacerlo como precisaba.
Apenas la puerta se cerró me colgué de su cuello, sus brazos me rodearon sin pronunciar palabra, me llevó hasta el sofá y me sentó en su regazo, me llenó la cara de besos dulces, me dio el refugio que necesitaba… que en momentos sigo necesitando… tan solo cerré los ojos y aferrándome a su cuello aspiré su aroma, quise olvidarme de todo por un momento, no quería pensar, no quería sentir nada más que el calor de su pecho, él lo supo y me envolvió por largo rato entre sus brazos… Me llevó a la cama, me recostó y se acomodó sobre mi espalda, enredando sus piernas en las mías, apretó fuerte mis manos y me susurró algo al oído con ese tono de voz -característico de cuando me mima- tratando de mitigar mi dolor… preguntó qué necesitaba, yo tan solo necesitaba que no me soltara, yo tan solo necesitaba sentir que él estaba ahí.

4 comentarios:

  1. A veces el solo sentir que esta ahi, es suficiente. Un besazo.

    ResponderEliminar
  2. un momento dulce. sentir en verdad a la otra persona es hermoso

    bsitos

    ResponderEliminar
  3. refugiarse hasta recuperar el aliento es a veces necesario por volver a decir, besos

    ResponderEliminar
  4. A veces es solo necesario una noche en un colchon amigo, solo para domir sintiendo a tu lado calor, respiracion y latidos.

    Besos

    ResponderEliminar

Anda déjame un suspiro...