Regalo de cumpleaños I

Éste relato es una parte de mi obsequio de cumpleaños, cuando lo leí escuchando de fondo tan sensual melodía, me envolvió por completo y sentí como mi piel se erizó al remontarme a aquel momento, aquella primera vez en que nuestros cuerpos tuvieron contacto piel a piel...



Capitulo 1

Estando dentro de la casa, sabes que afuera es de noche. Lo que me rodea me llena de comodidad, sobre todo tu presencia. Al pensar que el exterior es absorbido por lo fresco de la noche, aire fresco después de un día ajetreado y de calor, y el cielo mostrando algunas estrellas, atiza la chispa de lujuria que despertó cuando rozamos por primera vez alguna parte de nuestros cuerpos, accidental o premeditadamente a manera de coqueteo o jugueteo.
A pesar de estar bajo techo, sigue la sensación del fresco de la noche, y la del paisaje de luces de la ciudad en la noche con media luna. La comodidad que nos abraza incluye el aroma a lavanda de las velas que encendí hace un momento, y las luces que se están atenuando poco a poco. No puedo evitar sonreír al ver el adorno de tus uñas, que bien podría tener algún doble sentido, pero en realidad son el sentido que me simpatiza; sobre todo porque me sirvió de pretexto para tomar tu mano. Entre ese y otros detalles, como recordar juguetear para hacerte cosquillas y rozar "accidentalmente" tus senos con mis manos y brazos, y saber que me seguías el juego, despertaban cada vez más el libido que ya traía desde que nos vimos ese día. Jugar a espiar tu escote cuando tú no me ves, aunque sé que siempre lo notas.
La combinación de todo alrededor, un aroma fresco, y la luz tenue que no sé si prefiero apagarla para dar rienda suelta a los sentidos o encenderla bien para tener la oportunidad de observar esas partes de piel que la mayor parte del día están cubiertas; los jugueteos terminan en una fusión de labios, y manos inquietas que saborean tu piel a través de la tela; nuestras caderas separadas solo por dos pares de prendas, me imagino sentir tu frotar, piel con piel, dejando a un lado la mezclilla y hacerte sentir la dureza que has provocado; me aviento al sofá y te arrastro conmigo, te subo en mí, tus rodillas a mis costados y sentada por encima de mis muslos, y seguimos jugueteando; comienzo a desabrochar los botones de tu blusa; me insinúas que no lo haga; me lo dices pero no impides que lo haga. Hago caso omiso y continuo con el siguiente botón. Meto mis manos por primera vez dentro de tu blusa; el placer de darme un clavado en tus senos, jugueteando y saboreándote al tacto, explorándote con las yemas de los dedos mientras disfruto imaginar tu mutua sensación de placer....

Continuará…

Confesado por Pecado