sigo necesitando… tan solo cerré los ojos y aferrándome a su cuello aspiré su aroma, quise olvidarme de todo por un momento, no quería pensar, no quería sentir nada más que el calor de su pecho, él lo supo y me envolvió por largo rato entre sus brazos… Me llevó a la cama, me recostó y se acomodó sobre mi espalda, enredando sus piernas en las mías, apretó fuerte mis manos y me susurró algo al oído con ese tono de voz -característico de cuando me mima- tratando de mitigar mi dolor… preguntó qué necesitaba, yo tan solo necesitaba que no me soltara, yo tan solo necesitaba sentir que él estaba ahí.
La Tentación: Hola, dónde estás?
Príncipe Desencantado: Estoy donde debo estar
...
Tan puntual como siempre, me subí a su carro y me recibió con un beso en los labios, salimos del estacionamiento de mi trabajo hacia el hotel de siempre, apenas bajamos del carro nuestros labios parecían tener imán, ni siquiera habíamos abierto la puerta de la habitación, nuestros cuerpos se pegaron, las manos diligentes reconociendo la figura, mis piernas abrazadas a su cadera empezando un movimiento cadencioso, entramos a la habitación entre besos y caricias sobre la ropa, las palabras no hacían falta, salían sobrando en ese momento, solo miradas, la respiración agitada, sus dedos entre mi cabello, su barba raspaba mi cuello, las ropas estorbaban en el intento por desvestirnos caímos sobre la alfombra, más besos como desesperados, esta vez la ternura quedó de lado, 
solo había pasión, deseo, ganas, sus labios en mi espalda sus manos apretaban las mías, hacía demasiado calor, tantos besos guardados en este tiempo, lo recosté boca abajo y empecé un suave masaje con mis manos, seguí con mis labios, después con mi cuerpo besando dulcemente su cuello, lo giré bajando despacito por su pecho, su vientre, mientras observaba sus gestos, sentía sus sobresaltos esperando el momento, me gusta que crezca su ansiedad al mismo tiempo que mi excitación, pequeños roces de mi lengua por su miembro, suaves mordidas, sobre aviso no hay engaño le advertí que me lo comería a besos y soy mujer de palabra, sentía su excitación en mi lengua, escuchaba su respiración agitada, sus gemidos, 
sus palabras… Ahorcadas sobre él, mi respiración se entrecortaba, un dolor tan placentero en mi vientre, siento como me llena, no puedo mantener los ojos abiertos, él tira de mi cabello, se devora mis senos, los gemidos llenan la habitación… Me gira mientras me besa la frente -me encanta cuando besa mi frente- pero no hay tregua, aprieto las sábanas, grito su nombre, gimo, sonrío, tiemblo… lo aparto un poco, lo recorro con mi lengua, lo enredo, lo saboreo, lo disfruto, su cadera se arquea y sus labios se abren en un movimiento involuntario, siento su palpitar en mi lengua, me recuesto frente a él sin dejar de acariciarlo, la tibieza de su esencia se derrama sobre mi vientre, se deja caer a mi lado, besa mi mano y yo solo lo observo desarmado.
♪♫Si el lenguaje es otra piel, toquémonos más con mensajes de deseo♫♪
Te confieso mi amor
Que cuando estabas ausente
En una noche de esas donde desapareces
Donde quedé sola esperándote…
Te confieso mi amor
Que he tomado venganza
Por todas la horas que no se donde andas
Que otros labios me han alertado
¿Qué diablos hago a tu lado?
Este es el último beso
El último aliento contigo
La última noche donde mi cuerpo
Se quede por ti en peligro
La última vez
Que sepas de mí
Que juegues conmigo, que me quede aquí
Ya no necesitas de mí
Ya no necesito de ti
De ti.
Te confieso mi amor
Que otras manos me han tocado
No sé que me han hecho
Pero me han embrujado
Ya no me siento sola,
esperándote.
Te confieso mi amor
Que cuando estoy en tus brazos
Estoy pensando en él
Y ya no puedo evitarlo, olvidarlo
Y me hace pensar
¿Qué diablos hago a tu lado?
Este es el último beso
El último aliento contigo
La última noche donde mi cuerpo
Se quede por ti en peligro
La última vez
Que sepas de mí
Que juegues conmigo, que me quede aquí
Ya no necesitas de mí
Ya no necesito de ti.
Ya no estaré sola
Esperando otra vez
Ya no estaré sola
Ni tras tus pies
Ya no estaré sola
Con mi mundo de bebe
Aunque no quieras saber
Escúchame…
a tu vida, no tengo cabida, desde siempre lo supe solo que cuando aparecías delante de mi provocando ese temblor que me recorría entera me resultaba tan fácil ignorarlo, eres el más dulce Pecado del que nunca me arrepentiré pero en esta confesión termina todo… no volveré a propiciar la ocasión para tropezar contigo, aunque me muerda las entrañas por buscarte no seré yo quién se interponga en tu camino.
apartarme y aguantar la respiración, el que premeditadamente bajaras la temperatura del aire acondicionado, por fuera mi cuerpo sentía frío pero al contacto de tus manos por dentro la temperatura se disparaba; mi corazón latía rápido, alguna vez temblé menos mal que podía culpar al clima, nervios, excitación, el primer beso aun no llegaba pero como lo deseaba, juego de palabras, pretextos para acercarte y yo dejé de alejarte, sutiles insinuaciones y la "amenaza" de raptarme... ¿Por qué no lo hiciste cuando tenías la oportunidad?...
creo que tendré que acostumbrarme, así será en adelante...
El sólo acordarme de ti produce cantidad de sensaciones encontradas, el recuerdo de tu tacto, tu voz, tus gestos, la forma en la que te acercas lentamente para besar mis labios, es capaz de erizarme la piel, mis pezones se endurecen y el cosquilleo entre mis piernas aparece… pero se mezclan con el vacío de no tenerte, con la casi nula posibilidad de verte, con la ansiedad por saber si algo sientes… aunque ahora que me detengo un poco, creo que eso ya lo sé…
Me gusta saber que estas ahí, que a pesar de todo hay cosas que no cambian, me gusta cuando insistes en saber cómo estoy y aún cuando trate de desviar la atención hacia otro lado insistes porque sabes que algo no va bien, me gusta que a pesar de tener mil pendientes que atender te das tiempo para estar, que en algún momento del día te las ingenies para dejarme un beso o dos o tres, me gusta que intentas ayudarme, que buscas una palabra para animarme, que siempre encuentras el modo de hacerme sonreír, que trates de responder a mis "Por qué?", me gusta que a pesar de que digas que tienes mala memoria hagas tus “notas mentales” si sabes que algo para mí es importante, me gusta que contigo no solo puedo compartir coqueteos, fantasías, caricias y orgasmos, también puedo compartir dudas, angustias, miedos y enojos… Tal vez nadie pueda entenderlo y no me interesa que lo hagan, me gusta saber que estás ahí… y sabes algo?... quiero que te quedes cerca... ¿Tú quieres quedarte?
Me gusta sentir el calor de tu cuerpo sobre el mío, apenas puedo recuperar el aliento los besos suben su intensidad, te giro y me acomodo sobre ti, te arqueas con las sensaciones que mis manos provocan al acariciarte, mis labios te saborean, se deleitan a lo largo de tu cuerpo, me embriago con tu aroma, tenía tantas ganas de tenerte así… bajo lento, sin demasiada prisa, el tiempo apremia pero no me importa, cierro los ojos para que el sonido de tus gemidos se intensifique, me concentro en ellos, me gusta escucharte, el aroma que tu cuerpo desprende cuando estamos enredados en la cama, mi lengua traviesa te recorre lento y pausado, probando cada pedacito de tu hombría, te envuelvo con mis caricias, se mezclan mi saliva y tus fluidos, quiero sentir tu sabor en mis labios, mis ojos 
permanecen cerrados tratando de que mis sentidos se concentren en mi lengua, siento como tu cuerpo se tensa, escucho tus jadeos avisando que se acerca, te retuerces sobre la cama, mi pecho te cobija, mis labios suben, bajan, succionan, lamen, ya no puedes contenerte, siento como tu elixir inunda mi boca, salado y amargo, que momento más delicioso, no me aparto de ti, no quiero soltarte, tantas veces lo había imaginado… ¡QUÉEE MANERA! Es lo único que sale de tus labios, tus ojos permanecen cerrados, tu cuerpo completamente relajado, en lo que recuperas las fuerzas me acomodo sobre tu pecho, me abrazas y besas mi cabeza, mi frente, apenas acaricias mi espalda, creo que ya ninguno de los dos puede, ni quiere moverse… y la habitación 135 se convierte en el testigo mudo de aquel encuentro.
de una larga espera, finalmente estás aquí, pero aún así no sé a ciencia cierta si un encuentro sería posible, demasiados compromisos, solo estás de paso, sin tiempo y demasiada gente alrededor, los minutos transcurren lentos durante el día que casi acaba y la esperanza de verte, junto con el… pero de pronto apareces delante de mi, hoy haz hecho magia para mi, una sonrisa se dibuja en mi rostro, me es imposible disimularla, finalmente tus labios buscan los míos, que delicia tenerte aquí!... Te acaricio despacio rondando tus muslos, el hotel 
de siempre nos espera, no puedo apartar las manos de ti, lo único que quiero es tocarte, sentirte, besarte… El deseo definitivamente es mutuo, tus labios apenas me dan un respiro, tus manos jalan mi cuerpo estrechándolo fuerte contra ti, te mueves despacio como bailando una lenta melodía, uno a uno desabrocho los botones de tu camisa, en realidad hubiera querido arrancarlos de una, tengo prisa por sentir tu piel pegada a la mía, tus besos me recorren camino abajo, me tocas, me lames, siento tu lengua humedeciendo mi pecho, mi respiración está descontrolada y mis hormonas
en una completa revolución, te siento a mis espaldas desatando el lazo de mi blusa con los dientes mientras tus manos aprietan mis muslos, me produce escalofríos… Ya no queda nada de ropa, te acomodo entre mi pecho, mordisqueo, beso, lamo el sendero que baja por tu ombligo, te pruebo y me intoxico
con tu aroma… Mientras me tomas de la cintura y me recuestas sobre la cama, tus caricias hacen una fiesta con mi figura, tus labios envenenan mis sentidos, de pronto siento como entras en mi cuerpo, sin dejar de besar, tus movimientos son rápidos y certeros, no me puedo controlar, los gemidos me delatan, un espasmo tras otro, mi corazón se detiene por instantes, no puedo dejar de reír, de gemir, de besarte, de apretarte, el temblor no cesa tus caricias tampoco, no me das tregua, un orgasmo tras otro, ni siquiera puedo abrir los ojos y sé que tu no has dejado de observarme un solo instante…
