Hace ya casi cuatro años que empezamos a escribir este cuento, hemos pasado por diferentes situaciones, hemos dejado de lado cosas, nos hemos adaptado a lo que se nos presenta. El deseo sigue intacto, nos besamos con las mismas ganas, nos tocamos con las mismas ansias, nos descubrimos cada vez, nos las arreglamos a pesar de las complicaciones... hoy me asalta una duda.
Al principio, siempre después del primer beso en la habitación, decías "te extrañé" yo sólo respondía con un beso; más tarde empezaste a preguntar "y tú, me extrañaste?" seguí respondiendo con un beso, sabía que en el momento que lo dijera ibas a dejar de hacerlo tú, no dejaste de preguntarlo hasta obtenerlo, ahora lo tienes "Te extraño", no te lo mereces es cierto pero no puedes controlarlo es algo que solo yo decido, no es apropiado -desde tu punto de vista- tal vez, pero te extraño, ahora me queda una duda, si no estabas seguro de quererlo ¿para qué tanta insistencia en saberlo?, ¿para qué lo querías si no sabías qué hacer con ello?...
Todas las palabras y respuestas encuentran su momento, uno no debe precipitarlas por quererlas.
ResponderEliminarDulces besos y dulce noche.
Los perros no sabrian que hacer con un coche, pero aun asi los persiguen. Hay cosas en nosotros que nacen sin que el razonamiento este involucrado, y asi se deberian tomar.
ResponderEliminarUn besote!