agosto 21, 2013

Un Paseo Para Recordar

"Si me dices, por ejemplo, que vendrás a las 4, yo seré feliz desde las 3."


Habían sido días difíciles, nostálgicos, traté de no hacer mucho caso, no dije mucho al respecto pero creo que era evidente, al menos él, puso atención a eso. No creí verle tan "pronto", pero me alegra que haya sido así.



Mi ritmo cardíaco se acelera de saberle cerca, se esboza "esa" sonrisa que solo él provoca, lo observé con detenimiento al bajarse del auto, se veía diferente, me pareció incluso que su barba se veía más clara, hacía tiempo que no lo veía a la luz del sol, nuestros encuentros generalmente son en la obscuridad de la noche con la luz tenue de una habitación, las líneas en sus ojos eran más notorias, tal vez un par de canas más, lo vi distinto, más maduro, me gusta. 

"Dónde andas?, que te pierdes" dijo, si supiera que justo cuando me encuentra es cuando me pierdo,  me miró como hace tiempo no hacía y acarició mi mejilla: "cómo estás?" "ahora mejor" "segura?" sólo asentí con la cabeza disfrutando su caricia deseando detener el tiempo para que no terminara, en sus manos siempre me siento segura, me sentí como una niña buscando su amparo, pero esa niña no tardó mucho en recobrar su papel de mujer, apenas rozó sus labios con los míos se desató una revolución en mi vientre, esas incontenibles ganas de aprisionarlo con mis labios. 
El tiempo sólo daba para un breve paseo, bajé la cremallera de su pantalón buscando su piel que de inmediato reconoció mi tacto, mi lengua se involucró en el juego, no sé cómo mantuvo la vista al frente del camino, no sé si alguien alcanzó a verme por el vidrio frontal entre sus piernas, no sé cuántas vueltas dimos por el mismo sitio, lo que sí sé es que me encanta cómo su respiración va en aumento, cómo su cuerpo se tensa y su escuchar voz jadeante avisándome que está a punto de llegar al clímax, baña mi lengua con su esencia, su cuerpo se relaja de nuevo, su risa cuando ha quedado sensible y mi lengua ahora le hace cosquillas, sobre todo, me encanta su risa de placer.

Tal vez él no se dé cuenta de lo que disfruto su compañía, aunque sea un paseo breve, un beso al encontrarlo en un semáforo en rojo, cinco minutos o cinco horas, con la ropa puesta o sin ella, lo disfruto.

1 comentario:

Anda déjame un suspiro...