“Hoy te apuré (estaba tan sensible), son
espejismos que aumentan la sed,
si adelanté no me hagas caso, a veces no puedo
con la soledad”
Y es que te has vuelto mi
refugio, mi hombro en los días difíciles, irónicamente lo más inestable es lo
que en esos momentos me da paz, pero esa tranquilidad se convierte en desasosiego
cuando nada sale como deseo, y entonces, si por un momento lo había olvidado,
de nuevo recuerdo que no soy buena para ti, que no debería estar aquí, que si
te quiero tanto, entonces debería pensar en ti antes de que la ansiedad de mis
días malos me haga recurrir a ti.