Me gusta cuando me toma por sorpresa, sobre todo cuando estoy molesta, me provoca morderle y cuando me jala y me pone sobre sus piernas y pregunta que me pasa con ese tono autoritario me desarma, me gusta que me bese sin dejarme respirar, sin darme oportunidad de actuar,
me lleve hacia la cama y suba mi vestido con los dientes y esa mirada llena de lujuria que me dice que quiere devorarme, sé que no va a tener piedad, va a hacerme como le dé la gana y yo… yo voy a dejarme hacer, una nalgada me hace dar un reparo la expresividad de mi mirada le pregunta por qué, entre la confusión y la exaltación, su voz ronca de excitación solo dice “por hacerme esto!”, “y qué es lo que te hago?” pregunto entre besos, mordidas y jadeos, no responde tan solo me calla con un beso, me observa respirando de manera agitada, y vuelvo a preguntar, pero solo recibo otro beso como respuesta, quiero oírselo decir, pregunto de nuevo, 
siento como se clavan sus ojos sobre mí, me aprieta fuerte contra su cuerpo en un lento vaivén y entonces “qué es lo que te hago?” le repito mirándolo fijamente a los ojos… “me vuelves loco!”… No puedo evitar sonreír y lanzarme sobre sus labios, podría durar la noche entera besándolo, yo me lanzo sobre sus labios y él me lanza sobre la cama, sus labios me recorren, siento su barba raspando mi piel a su paso, su lengua se escabulle entre mis piernas y la mía lo enreda con desespero, extrañaba su sabor, gemidos ahogados, espasmos desenfrenados, su lengua no hace pausa, lo siento en cada centímetro, lo disfruto, las piernas me tiemblan siento como se pierde entre mis piernas y lo aprisiono para que se quede ahí, pero él no quiere quedarse ahí… 
se arrodilla a la altura de mi cara y se mete entre mis labios, sé lo que desea, recorro sus pliegues, absorbo su aroma, no puede más y se derrama sobre mí cara, alcanzo a beber un poco, su sabor salado se impregna en mi lengua y su aroma se queda en mi pecho… me gusta ver su cara de satisfacción, verlo caer desplomado a mi lado, que me abrace y bese mi frente mientras intenta que el ritmo cardíaco vuelva a la normalidad… me gusta despertar con su aroma en mi cuerpo.
me lleve hacia la cama y suba mi vestido con los dientes y esa mirada llena de lujuria que me dice que quiere devorarme, sé que no va a tener piedad, va a hacerme como le dé la gana y yo… yo voy a dejarme hacer, una nalgada me hace dar un reparo la expresividad de mi mirada le pregunta por qué, entre la confusión y la exaltación, su voz ronca de excitación solo dice “por hacerme esto!”, “y qué es lo que te hago?” pregunto entre besos, mordidas y jadeos, no responde tan solo me calla con un beso, me observa respirando de manera agitada, y vuelvo a preguntar, pero solo recibo otro beso como respuesta, quiero oírselo decir, pregunto de nuevo, 
siento como se clavan sus ojos sobre mí, me aprieta fuerte contra su cuerpo en un lento vaivén y entonces “qué es lo que te hago?” le repito mirándolo fijamente a los ojos… “me vuelves loco!”… No puedo evitar sonreír y lanzarme sobre sus labios, podría durar la noche entera besándolo, yo me lanzo sobre sus labios y él me lanza sobre la cama, sus labios me recorren, siento su barba raspando mi piel a su paso, su lengua se escabulle entre mis piernas y la mía lo enreda con desespero, extrañaba su sabor, gemidos ahogados, espasmos desenfrenados, su lengua no hace pausa, lo siento en cada centímetro, lo disfruto, las piernas me tiemblan siento como se pierde entre mis piernas y lo aprisiono para que se quede ahí, pero él no quiere quedarse ahí… 
se arrodilla a la altura de mi cara y se mete entre mis labios, sé lo que desea, recorro sus pliegues, absorbo su aroma, no puede más y se derrama sobre mí cara, alcanzo a beber un poco, su sabor salado se impregna en mi lengua y su aroma se queda en mi pecho… me gusta ver su cara de satisfacción, verlo caer desplomado a mi lado, que me abrace y bese mi frente mientras intenta que el ritmo cardíaco vuelva a la normalidad… me gusta despertar con su aroma en mi cuerpo.
