¡Quiero comerte a besos!...

Tu no?

Ahorcadas sobre ti, respiro tu aliento y beso tus labios, siento como poco a poco me llenas de ti, tus manos sobre mis muslos acariciándolos suavemente, siguiendo el compás que marca mi cadera, te siento tan dentro, te siento tan mío, tu piel se eriza y tu respiración está contenida puedo sentir lo que viene… mi cuerpo se tensa y se me escapa un gemido… me abrazas contra tu pecho… el día apenas comienza me dirijo a la ducha, un viaje por la fantasía nos espera, mundo de cuentos y princesas, pero esta mañana mi realidad es mejor que cualquier cuento de hadas… 


no tiene precio!
era lo único que quería en ese momento, no necesitaba un beso, no necesitaba un abrazo, no necesitaba una mirada, no necesitaba una palabra, me bastaba con observarlo. Entré al estacionamiento buscando su vehículo para asegurarme que se encontraba dentro, no me fue difícil encontrarlo, me dirigí a la recepción y pregunté quien podía darme informes fingiendo interés, mientras quien me atendió en la recepción me mostraba tarifas, horarios y me explicaba no sé que más, mis ojos empezaron como radar, sabía que estaba ahí pero no lograba ubicarlo, el instructor seguía hablando y yo seguía fingiendo estar escuchando, de pronto… no sé de donde salió pero ahí estaba, quedaba justo frente a mi a unos metros de la recepción, se encontraba de pie al lado de uno de esos aparatos para hacer pesas o algo así, eso es lo de menos, en ese momento los ruidos del lugar se escuchaban lejos, era como ver una fotografía de esas donde solo hay una persona en primer plano y todo lo demás parece borroso, vestía su ropa de deportes negra, a pesar de no estar cerca podía ver como el sudor le corría por el cuerpo, lo cual sin duda fue un detonante
para mis recuerdos, casi podía percibir su olor, yo solo observaba cada gesto, cada movimiento mientras él hablaba con alguien y sonreía… sentí un hormigueo recorriendo mi cuerpo y miles de sensaciones me invadieron… detesto que sea capaz de provocarme tantas sensaciones con tan solo verlo… ¿a quién quiero engañar? La verdad es que es emocionante, si no fuera así este juego habría terminado desde hace tiempo.
Disfruto verte así... erguido con las manos sobre tus caderas, estoy arrodillada frente a ti, aspiras profundamente, por momentos echas tu cabeza atrás, muerdes tu labio inferior y yo … yo disfruto cada beso... cada caricia... cada mimo... cada mordisco... cada rasguño... cada gota que emana de ti. Intentas contenerte, adoptas una pose un tanto imponente, me excita verte así, ¡es tan paradójico!, es justo en ese momento cuando te encuentro mas vulnerable, bajas los ojos y buscas mi mirada... ingenua y perversa al mismo tiempo, descubro cada punto de placer enredándote en mi lengua. Cierro mis ojos y tan solo escucho tu respiración, me concentro en las sensaciones de tu piel, mi lengua recibe tus descargas puedo darme cuenta lo que te hace bien, la sangre aumenta, la respiración se corta, la intensidad de mis lengüetazos se acelera igual q
ue los latidos de tu corazón, siento tu sabor salado al desparramarse sobre mi lengua, sonrío, te relajas, de nuevo buscas mi mirada, acaricias mi cara y pones esa pícara sonrisa que me domina de nueva cuenta…

Acogedora tarde del mes de Julio, el cielo nos favorecía mostrando unas nubes que ocultaban los rayos del sol la mayor parte del tiempo, algo de calor y no solo me refiero al clima… escuché el motor de su carro al llegar, se paró en la puerta y esperó que le invitara a pasar, no hice ningún movimiento hacia a él, solo lo saludé de manera normal, ni siquiera un beso en la mejilla le di tan solo sonreí, no parecía que teníamos varios meses sin vernos, entró y se paró junto a mi, mostrando también un poco de indiferencia, a los pocos minutos su pierna empezó a rozar la mía, jugueteábamos un poco con las palabras, estaba bastante callado, no sé si no tenía nada que decir o simplemente no podía pensar en nada mas que no fueran las ganas que tenía de tomarme de inmediato. La tensión sexual se podía percibir en el ambiente, despacio fue acercando su mano a la mía sin tocarla y en un movimiento lo rocé, de i
nmediato cerró su mano para no dejar escapar la mía, pero no mostré demasiado interés, se plantó delante de mi y lentamente fue acercándose a mis labios sin desviar sus ojos de los míos, su mano lentamente fue subiendo por mis muslos hasta tocarme por encima de la tanga, sentir sus dedos tocando parte piel parte encaje era una sensación deliciosa, su lengua jugueteaba con la mía, lamia mis labios, entraba en mi boca, sus dedos apartaban mi tanga, su lengua se abría paso en mi boca, enredaba la mía, yo le mordía los labios, su dedo se deslizo fácilmente por la humedad que había, me rodeaba por la cintura, mis manos desabotonaban su camisa en un intento fallido por separarme un poco de él para tomar un respiro, me aprisiono mas fuerte contra su cuerpo, se robó mi aliento en un profundo beso ahogando el gemido que intentaba escapar al sentirlo hundirse en mis adentros, cerré mis piernas por
instinto pero era demasiado tarde ya había irrumpido en mi cuerpo, mis uñas se aferraban a su espalda arañando el deseo, me recostó sobre el sofá desviviéndose en frenéticas caricias, mis manos buscaban su cuerpo, su lengua recorría mi pecho, olores se desprendían de nuestros cuerpos, quería sentir su furia dentro pero me hizo esperar hasta que mis ansias no soportaran más el momento, aaaaah! Esa forma que tiene de dominarme!.
Se puso de pie halándome mientras me giraba pegando mi cuerpo a su pecho podía sentir su afán en mi trasero, en tanto escuchaba sus jadeos en mi oído, no pudo resistir mucho más para dar la primera embestida doblando mi cuerpo una mano me acariciaba la entre pierna, la otra en los senos y me mordía la oreja, sentía su calor en mi cuerpo, los gemidos llenaban la habitación, me puso de no sé cuantas formas, perdí la noción del tiempo, un orgasmo tras otro, mi voz ya no salía, sed, sudor, espasmos… casi exhausta me arrodille entre sus piernas con mirada viciosa intentan
do saciar mi sed con su néctar, clavó sus ojos en los míos sonriendo pícaramente mientras lo metía en mi boca y después de no se cuantos gemidos con voz entrecortada dijo “eres una diablita” .
eresado giré mi cabeza y ahí estabas tu, creo que mi cara se desencajó y mi pulso se aceleró, de inmediato bajé del carro… me paré frente a ti, sorprendido preguntaste que hacía ahí mientras me ponía de puntillas para saludarte con un beso en la mejilla y volteabas hacia todos lados para asegurarte de que ningún conocido pasara por el lugar, preguntas sin sentido con el nerviosismo a flor de piel, platica insubstancial que trataba de ocultar las ganas que se podían denotar en la mirada, recuerdos agolpados en la mente de palabras, caricias, olores, jadeos, orgasmos, sudores, saliva; en un tiempo tan corto un sinnúmero de sensaciones dieron un vuelco a mi cuerpo, quería que el mundo desapareciera, saltar sobre ti y poder morder tus l
abios… te encontré tan distinto esta vez… el tiempo apremiaba, no pude quedarme más y supongo que tu tampoco hubieras logrado hacerlo, me despedí de ti con un beso en la mejilla nuevamente y todas las ganas contenidas en mi vientre… no conseguí evitar voltear a verte de nueva cuenta y traspasando el cristal alcancé a ver como se te dibujaba esa sonrisa traviesa que tanto me gusta, ¿Qué cruzaría por tu mente en ese instante?... 